Informe sobre calentamiento global obliga medidas inmediatas

jueves, 8 de febrero de 2007
Un aumento general de temperaturas que puede alcanzar los 6,4 grados, derretimiento de hielos en zonas extremas y mayor intensidad de lluvias y vientos en ciclones, depara informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático presentado hoy en París.

De mantenerse el actual avance del efecto invernadero, con un 90% de probabilidad que se deba a gases contaminantes emitidos en la actividad humana, durante el presente milenio la temperatura general en el planeta puede llegar a aumentar en 6,4 grados, los océanos y mares pueden subir su nivel hasta en 60 centímetros y las tempestades se harán más violentas.

Estas son parte de las conclusiones del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que hoy, en parís, presentó su cuarto informe sobre las bases científicas de ese calentamiento que considera "inequívoco".

El texto estima que el cambio climático de la Tierra es irreversible debido a las emisiones de gases de efecto invernadero en la era industrial, y en función de la acción humana la subida se situará este siglo entre 1,8 y 4 grados, aunque no se puede descartar otra horquilla más amplia de 1,1 a 6,4 grados.

"Ahora tenemos una mayor certidumbre de lo que está ocurriendo" que en el precedente estudio en 2001 y hay una probabilidad del 90 por ciento de que el aumento de la temperatura de la Tierra se deba a la concentración de gases de efecto invernadero por el uso por el hombre de combustibles fósiles, señaló la co-presidenta del grupo encargado del trabajo, Susan Solomon.

Aunque se mantuvieran las emisiones al nivel actual, "con muy alta certidumbre" el calentamiento en el siglo XXI será superior al constatado en el siglo XX, alertó Solomon al presentar el documento.

De entrada, el efecto acumulado de la contaminación acarreará un alza de la temperatura de unos 0,2 grados por década en los dos próximos decenios y luego la subida será de 0,1 grado suplementario cada diez años.

En el mejor de los casos, y a condición de que hubiera un cambio rápido en las estructuras económicas para hacerlas sostenibles, el incremento sería de 1,1 grados en el horizonte de 2100 respecto a las temperaturas constatadas en el periodo 1980-2000, por debajo del umbral de dos grados a partir del cual los científicos consideran que las consecuencias serían incontrolables.

Sin embargo, si la población y la economía continúan creciendo rápidamente y se mantiene el uso intensivo de las energías fósiles, como ocurre hoy en día, la subida podría llegar a 6,4 grados.

Sea cual sea el escenario que finalmente se materialice, habrá consecuencias directas, como una disminución de las nevadas y del volumen de los casquetes polares, hasta el punto de que el hielo del Polo Norte podría derretirse completamente en verano hacia 2100.

Eso supondría, entre otras cosas, una elevación del nivel del mar que el IPCC estima entre 18 y 59 centímetros en función de las diferentes hipótesis.

Los fenómenos climáticos extremos, como las olas de calor o las trombas de agua, seguirán siendo más frecuentes y en los ciclones tropicales la velocidad del viento y las precipitaciones serán más intensas.

El calentamiento de la Tierra no será homogéneo, sino que será más acusado en los continentes que en el océano y en el hemisferio norte que en el sur, aunque en algunas partes del Atlántico norte esa subida de las temperaturas no será tan marcada, en lo que puede pesar una ralentización de la corriente oceánica conocida como "Gulf Stream".

Respecto a las precipitaciones, seguirán las tendencias recientes observadas, con un aumento en las latitudes más extremas y una disminución en las áreas subtropicales, lo que significa por ejemplo que la cuenca mediterránea será todavía más árida.

Todas estas proyecciones se basan en las observaciones realizadas, entre ellas que once de los doce años más calurosos desde que existen registros climáticos fiables a mediados del siglo XIX se han producido desde 1995 o que en el siglo XX la elevación del nivel del mar fue de unos 17 centímetros.

Detrás de todos estos fenómenos, según los científicos, están en particular las emisiones de dióxido de carbono (CO2), cuya concentración en la atmósfera ha pasado de unas 280 partículas por millón antes de la era industrial (en 1750) a 379 en 2005, y para las que el ritmo de incremento se ha acelerado desde 1995.

El presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, tras admitir que la certidumbre científica nunca puede ser total, insistió en que "ahora estamos mucho más seguros de la influencia humana en el cambio climático", y sin querer pronunciarse sobre lo que hay que hacer, sí señaló que en el mundo de los negocios o en la medicina se tienen que tomar decisiones sin disponer de una certidumbre total.

Al informe de hoy seguirán otros del IPCC sobre el impacto del cambio climático (en abril), la forma de mitigarlo (mayo) y una síntesis dirigida a los responsables políticos que debe adoptarse en Valencia (España) el 16 de noviembre. 

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